sábado, 12 de marzo de 2011

¿ Por qué hay que proteger los bosques ?

Los bosques son mucho más que madera. Más de 1.600 millones de personas en los países más pobres del mundo sobreviven por los alimentos, los materiales, el agua o las medicinas que consiguen gracias a ellos. Algunos son pueblos indígenas únicos en peligro de desaparición. Además, son el hogar del 80% de la biodiversidad mundial de plantas y animales y, por ello, su destrucción pone en peligro la supervivencia de muchas especies. Los bosques tropicales son el caso más extremo, debido a la gran cantidad y variedad de seres vivos y a las deforestaciones masivas que padecen.
Los recursos forestales juegan también un papel clave en el cambio climático. Los árboles son uno de los principales sumideros de carbono, al absorber el dióxido de carbono (CO2). Por ello, la deforestación causa hasta un 20% de las emisiones mundiales de CO2, una cifra similar a la generada por el sector del transporte, según datos del Banco Mundial.

Qué pueden hacer los consumidores

Todavía hay tiempo de actuar. Los bosques cubren más del 30% de todo el territorio mundial y contienen más de 60.000 especies de árboles, muchas de ellas todavía sin descubrir. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha calculado que para compensar la pérdida de árboles sufrida el decenio pasado habría que repoblar un área equivalente a la superficie de Perú con unos 14.000 millones de árboles anuales durante diez años consecutivos.

Los consumidores pueden contribuir a recuperar la masa boscosa del planeta de diversas maneras. La más activa es plantar un árbol con sus propias manos. La pionera en este sentido fue la Campaña de los mil millones de árboles, promovida por la Premio Nobel de la Paz Wangari Maathai.
Los consumidores también pueden presionar a las instituciones para que emprendan medidas que defiendan los bosques, como la creación de espacios protegidos y corredores entre estas áreas, el apoyo a prácticas eficientes y una gestión forestal sostenible o la repoblación con especies autóctonas de las zonas deforestadas.


Pueden asumir hábitos de consumo que eviten la utilización insostenible de los bosques. Se puede empezar por aplicar las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar) en los productos procedentes de la madera y otros involucrados en la deforestación, como los combustibles o los productos agroganaderos. También es posible consumir productos con etiquetas ecológicas (en el caso de la madera, el sello FSC) o realizar actividades de ecoturismo.
Los bosques tendrán en 2011 su Año Internacional. La Asamblea General de las Naciones Unidas organizará diversas actividades para concientizar a la sociedad de los problemas que sufren los recursos forestales de todo el planeta y frenar su deterioro. Cada año desaparecen más de 13 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo, una superficie equivalente a la cuarta parte de la península Ibérica. Los consumidores pueden asumir varias medidas para combatir esta deforestación, que afecta a la biodiversidad y al bienestar de miles de millones de personas.
http://www.nacionesunidas.org.co/bosques/

AÑO INTERNACIONAL DE LOS BOSQUES